Algunos consejos para librarse de la cena de empresa de Navidad

Ya llegó uno de los peores momentos del año, y no me refiero a los centros comerciales abarrotados, las colas para todo, ni siquiera a cortilandia, me refiero a las cenas de empresa de Navidad, ese evento al que ninguno queremos ir, pero al que terminamos acudiendo por lo que pueda pasar.

Yo lo tengo fácil, Alfred me trae un kebab o algo de pizza, se va a comer a la cocina y tranquilamente celebro mi cena de empresa de Navidad en la Batcueva solo, como tiene que ser.

Pero no todo el mundo tiene esta suerte así que voy a ayudaros a inventar una excusa para no ir a vuestra cena de navidad de empresa. (digo inventar porque si tenéis una excusa de verdad es mejor usarla, pero claro, si tenéis una excusa de verdad no estaríais leyendo este post).

  • Podéis inventar un problema sentimental, una ruptura reciente con vuestra pareja o algo similar, contáis lo tristes que estáis y que no tenéis el cuerpo para fiestas. La gente suele ser comprensiva con estas situaciones y seguro que no os lo tienen en cuenta. Otra variante de esta opción es contar la misma mentira, pero luego ir a la cena, igual jugando la carta de la pena algo cae 😉
  • Inventar alguna enfermedad o molestia leve, por ejemplo, un par de días antes de la cena empezar con un dolor de muelas que empiece poco a poco y que se vaya haciendo cada vez mayor, la clave de este es parecer que estáis jodidos con el dolor de muelas, la gente se solidarizará (A quien no le han dolido las muelas), y no te lo tendrán en cuenta. También podéis fingir un resfriado o algo un poco más contagioso y en este caso valorarán positivamente tu sacrificio al no ir a la cena, pero sobre todo valorarán que no les jodas la cena con tus enfermedades contagiosas.
  • Si os quedan días de vacaciones lo mejor es que pidáis algunos y que digáis que pasáis las fiestas fuera, si no estás en la ciudad no puedes ir a la cena.
  • Aunque esto requiere algo más de esfuerzo otra cosa que podéis hacer es abrazar una religión que no celebre nada en estas fechas tan señaladas, por lo que si no vais a la cena por motivos religiosos nadie os podrá criticar.
  • Con un poco más de preparación, (a un año vista), otra cosa que podéis hacer es liarla en la cena del año anterior, (por favor algo que no os cueste el trabajo), y así no tendrán ganas de invitarte a la de este año, y si se tercia hasta te puedes hacer el ofendido porque no te hayan invitado y que se sientan culpables.
  • Inventar desgracias familiares mayores, tías lejanas enfermas, entierros en el pueblo, con esto tenéis que tener mucho cuidado porque si te pillan en una de estas la gente es menos propensa a entender el engaño.
  • Inventar algún problema con los hijos, que no tienes donde dejarlos, unas urgencias por una infección de oído, una gripe infantil, o cualquier cosa que se os ocurra, por algún extraño motivo se es especialmente empático cuando los hijos de otro tienen problemas y nadie te lo tendrá en cuenta.
  • Otra que requiere una preparación previa es descuidar tu olor corporal, (ojo también no vaya a ser que te despidan), lo justo para que la persona encargada de la cena decida que es mejor que no vengas.
  • Pon muchas pegas, di que eres vegano, o que no comes cerdo, o que el sitio es muy caro, o que te pilla lejos, no sé, improvisa e inventa algo para quedarte en casa.
  • Llévate mal con la persona más simpática de la empresa, (de nuevo, cuidado con los despidos), si tienen que elegir entre tú y la persona más simpática seguramente la elijan a ella.
  • Inventa una boda o celebración familiar importante en la misma fecha a la que no puedes faltar, aunque con esto te arriesgas a que cambien la cena de empresa de día y además tengas que inventarte fotos de esa boda.
  • Inventa alguna emergencia familiar como una inundación, incendio, robo, que se te ha roto el coche, o cualquier emergencia que te impida ir. Con este tipo de emergencias inventadas hay que tener cuidado y no llamar a l amala suerte, no vaya a ser que a los pocos días se te inunde la casa de verdad.

Y un largo etc. Ya que las opciones pueden ser tan buenas como vuestra capacidad de invención y tan creíbles como lo seáis vosotros.

Lo más fácil sería poder decir que no quieres ir y punto, por los motivos que sean y que nadie te obligue a cenar o comer con esa persona con la que solamente quieres trabajar y a veces ni eso, pero lamentablemente no estamos acostumbrados a decir que no o mucha gente no se toma bien que digamos que no y al final todos los años acabaos saliendo a cenar sin tener ganas.

Si este es vuestro caso os recomiendo que os lo toméis con calma, recordad que no es una boda en la que está bien visto acabar con la corbata en la cabeza y borracho, sentaros lejos de la gente que os caiga mal pero que no se note mucho e intentar pasarlo lo mejor posible, aunque haya que recogerse pronto, felices cenas de empresa de navidad.

  1. Antonio

    Si por excusas hay un montón, pero no fui el año pasado, si sigo poniendo excusas para éste va a ser un tanto «malqueda». Ya veremos qué se nos ocurre.

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